Una de las tecnologías en la que se está avanzando notablemente es la de inteligencia artificial (IA). Software con el que tendremos computadoras aprendiendo y tomando decisiones como un humano. Por ahora no tan complejas pero que para ciertas tareas podrían relegar al humano a ser un mero espectador. Se habla de vehículos manejados por computadoras con capacidad de IA donde el conductor solo fija el destino y luego se dedica a disfrutar del viaje.
Imaginemos un mundo donde todos los vehículos son conducidos de esta manera, no más accidentes, demoras, taponamientos, robos, “multas”, solo quedan los riesgos meteorológicos como el granizo que difícilmente los pueda esquivar la IA cuando cae imprevistamente.
Existirá el seguro de automóviles en ese mundo, es de suponer que no. Quizás conserve el nombre pero reconvertido en uno que cubra solo riesgos meteorológicos.
Un mundo así también da para reflexionar sobre los siniestros. Qué pasa si se produce un accidente o un simple choque porque la IA no toma la decisión correcta en el momento oportuno. Será el fabricante del software y modelador de la IA el que pague el siniestro.